sábado, 22 de mayo de 2010

El mismo Horizonte.

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No tengas miedo de jugar con los sentimientos, si son los míos, porque esto traspasa incluso los sentimientos. La afinidad no entiende de “sentires” Entiende, pero va aún más allá. Intenta comprender  y verás como llevo razón. Puede que nos quedemos con las ganas, tú  de ver mi carita,  yo, de que te abandones como a mí me gustaría.  Es un empate justo pero no medido, ni pensado y menos maquinado.  Igual que de ti no sale y yo no quiero forzar tu abandono para y por mí, a mí no me sale romper mi utopía, la de una vida bella distinta, mejor, algo  lejos de  la que soportamos día tras día. Un momento donde no existe el tiempo, ni la imagen, ni los sentimientos, dos almas libres y puras que se rozan y dialogan, conversan, hablan, interactúan. ¿Un juego, una experiencia, una intención, una maldad, una maquinación  o una belleza, un regalo, un don, un privilegio, feeling? Decídelo tú libremente, como yo elegí quererte: Te Quiero  y no me cansaría de repetirlo, una y mil veces, si hiciera falta, si con ello lograra hacerte entender, comprender, sentir y ayudarte a  alcanzar mi esencia como yo creo haber alcanzado la tuya, disfrazada de bohemio soñador, al que le cuesta dejarse llevar en parte, que no en todo. Me conformo, eso no cambia nada, te quiero  igual, pero nada de pinzas, nada de culpas, esencia pura, vívela.  Nada Más.  ¿Eres capaz?, ¿te atreves?.


Tela de Araña. (pag. 140)

La despedida de Chatina.

No, no se materializará.

No, nunca ocurrirá. Pero nunca es decir demasiado tiempo, nunca es engañarme de nuevo porque aquí mismo, entre cada una de mis billones de neuronas sucede una y otra vez, como un ciclo a paso calmado, pausado, lento pero seguro y los faros del coche iluminan el camino oscuro. Hoy no hay luna, ni estrellas, ni siento el mar cerca ya, lo he dejado atrás, muy atrás y sigo mi camino que me lleva hasta ti pero ¿dónde estás?.

La vista se me pierde un momento tras una sombra que habita detrás de un árbol oscuro que no sé cómo ha aparecido en el paisaje y está todo tan oscuro que solo puedo ver la carretera pero la soledad de la ruta hace que me detenga, presa de una curiosidad que no puedo refrenar ni contener.
El extraño parece haberse dado cuenta de ello y se da la vuelta permitiéndome ver su cara, iluminada de manera extraña.

Yo no pienso nada, ni en nadie, solo lo miro curiosa, como una niña pequeña mira cualquier cosa.

Me tiende su mano y la tomo. Está helada como un polo de limón, maldita sea, qué escalofrío me ha recorrido el cuerpo y no se funde su frialdad con lo tibio de mi contacto, aquí pasa algo raro, estoy soñando, sí, debe ser eso, solo que no quiero darme cuenta todavía, prefiero seguirle el juego y averiguar donde me conduce.

El extraño tira de mí así que yo ando tras el, asida a su mano helada, sin poder retroceder.

Por el camino, en silencio, me muestra con su otro dedo índice la maravilla que nos rodea a pesar de la noche: Empiezo a escuchar el arrullo de un riachuelo de agua limpia y cristalina donde habitan ranitas que croan tranquilas, arbustos que esconden aves que se asean bajo la fina capa del manto de la noche, una noche extraña que me permite ver maravillas en un tono azulado y malva que me alucina.

Al otro lado de aquella orilla puede verse la luz de una casita pequeña, con tejado de paja y paredes multicolor de caramelo, ventanucos de estrellas y luceros y una inmensa puerta de oro macizo.

El extraño, me ha invitado a sentarme en una acogedora barquichuela que parece haber aparecido de la nada sobre el agua que sigue tintineante, pura, limpia y cristalina.
El camino se hace largo pero ni hace frío ni calor y el paisaje es agradable. Lo contemplo, sigue más allá del río y su corriente bajo ese cielo malva y azulón de una noche que...¿nunca existió?. Seguro que no.

Y por fin hemos llegado. El extraño vuelve a tenderme su mano helada para ayudarme a subir a la nueva orilla y solo pisar ya me di cuenta de que estaba en otro mundo, o tal vez otra dimensión. El suelo era de algodón, por lo que tal fue mi impresión que además de la mano tomé todo el cuerpo del extraño fundiéndome en un abrazo desesperado con él por miedo a colarme entre las nubes y descender quien sabe a qué velocidad por entre semejantes blanduras.

Pero no, él me tranquilizó. Más de cerca pude incluso ver la profundidad de sus ojos negros y brillantes como botones o como ojitos de esos viejos ositos de peluche que apenas tenían una especie de chincheta negra en su mirada, inexpresivos, profundos pero vacíos, como el caparazón de una cucaracha.

Sin embargo su voz sonó temblorosa pero amable: “No temas”.
Debajo de aquella capa de nube algodonada parecía haber otra base más dura y fue al posar mis pies cuando me di cuenta.

Caminamos otro tramo hasta llegar a la casita acaramelada, donde el extraño hizo retumbar una aldaba que colgaba de la puerta por dos veces: “plom-plom” y al segundo, la puerta chirrió abriéndose.

Desde fuera parecía más pequeña de lo que era en su interior, que más parecía un palacio que una casita de labrador: Suelo blanco y negro, como un juego de ajedrez, una escalera de caracol majestuosa que llevaría a la parte alta la cual desde afuera no se adivinaba y una hermosa cristalera al fondo que permitía ver de nuevo aquel bello paisaje, el cielo violáceo y azulón, los cañaverales y el riachuelo.

Hasta allí me invitó el extraño a ir e hizo que me sentara en una silla de jardín donde por fin me contaría su secreto:

”Gracias por venir, sierva, te he esperado durante muchos años, ya no queda nada de mí más que mi reflejo, manos de hielo y rostro encendido de la alegría de que me hayas acompañado. Espero y deseo que tu estancia en este nuestro vacío, te sea grata, yo al menos, lo intentaré.”


Tela de Araña (pag. 150)

viernes, 21 de mayo de 2010

La Amistad definida por muchacho.

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 “Amistad quería. Conocerte sin barreras. Quería saber la verdadera naturaleza de tus ojos al mirarte en un espejo, más el tiempo y la distancia me impidieron verte. Ahora quisiera saber el significado de tu sonrisa cuando ves pasar los sueños  y contemplar la luz de tu mirada cuando pasa una dulce brisa  correteando por tu lado, pero me doy cuenta, de que por mucho que lo desee otra vez,  volverán a impedírmelo.  A pesar de todo, estoy contento porque veo la resplandeciente luz de tu alma cuando asoma a mí ventana. Incluso, percibo las risas en la lejanía, haciéndome vibrar por la alegría compartida . Por todo eso, espero y ruego al tiempo que todo me lo impide, que me permita al menos habitar en su sino y con el paso del mismo pueda saborear alegremente nuestra amistad”. 


Tela de Araña (pag. 131)

La Gota Única.

“Suave, muy suave es lo que fue y pasó, aunque nunca volvió a reaparecer entre tú y yo. Y es que mientras caía y pasaba, volvía el recuerdo de algo tierno, muy tierno. Suave, muy suave me rozó. Mi mejilla sonrojada se quedó ante la frescura que me alcanzó y sólo dejó el recuerdo helado de aquel roce que me marcó. Suave, muy suave ocurrió y el aroma que no había me recuerda a cada instante la dulce caricia que no volvió. Mientras espero, voy mintiendo al cielo, mirando al vacío por si otra vez ocurriera y mi piel sintiera aunque fuera más suave aquel roce fresco que me despertó. Suave, muy suave se fue. Tal como vino se deslizó y lenta muy lentamente se escurrió. Quizás tenga suerte y encuentre una hermana o una prima que sea el vivo retrato de aquella frescura que me inundó. Quizás no encuentre el momento adecuado, quizás no coincida otra vez el paso de aquella nube en pleno día que me mojó y entonces sólo encuentre en la noche una cierta humedad que aporte una poca frescura de aquella que ya pasó. Suave, muy suave se fue, la pequeña gota que me mojó y en su lenta caída se evaporó. ”

Tela de Araña (pag. 109)

jueves, 20 de mayo de 2010

El Legado.

”… Tranquila, si en el fondo, lo más importante es que me gusta hablar contigo, seas alta, baja, rubia, morena, miope o no miope, mujer, hombre, gato, pez, ruiseñor o mariposa. ¿No crees que es lo más importante? ….”

En parte sí, ella comprendía y compartía esa misma postura. Poco, muy poco, por no decir nada, le importaba como era muchacho por fuera, dado que por dentro era de una calidad humana extraordinaria. ¿Qué más podía pedir chatina?, nada, absolutamente nada más necesitaba de él, en honor a la cruda realidad.

Más bien quería dejarle algo hermoso, ella a él, algo que pudiera recordar siempre, con cariño y con orgullo pero…después de la clase de respiración y la de imaginación, a las que ella puso notas de 6 y de 10 respectivamente, se le olvidó decirle que el resto ya era cuestión de proyectar, proyectar con la mente todo lo bueno, positivo y hermoso que muchacho deseara para su vida y rutina. Su abuela siempre le había enseñado que los pensamientos positivos y limpios, claros, concisos, proyectados en la mente hacia la misma realidad activaban cualquier logro como los planos de una casa de un valioso arquitecto de sonrisas y emociones. Ese sería su legado, como el de una varita mágica en pos de un hada linda llena de cariño y amistad…nada más infantil e inocente…


Tela de Araña (pag. 98)

La deuda (chatina feeling).

Le hacía muy feliz que pensara así porque sin duda sería un afortunado a los que encontrarse a sí mismos no les cuesta, pero a ella le había costado mucho, había luchado duramente en la vida para encontrarse de verdad, y con aquel empujoncito fraternal lo consiguió por fin así que le encantaba saber que existían más personas capaces de dar o de ofrecer o mostrar el impulso necesario para salir adelante en sus vidas y en sus propios yos, de esa manera. Podía estar bien segura de que el gran barco de la vida no se hundiría nunca. Era admirable e inusual leer de él:

” Si, siempre quiero más. Me gustan mucho las utopías así que el límite es inalcanzable, pero es el mejor modo de ir subiendo cada día un poco más si no te acomodas y te quedas estancado y eso es aplicable a todo. Pero claro, no te puedes poner velocidades, es sólo una idea utópica, como la amistad perfecta. Y perfectas estas cosas no lo son aunque siempre puedes acercarte a algo mejor. Yo mirando por aquí, a través de los demás me ayudo en éstos aspectos…”


Tela de Araña (pag. 94)

La Esencia (muchacho dixit).

 
--> ” Si, la esencia de una persona es lo más importante. Hay gente que actúa de forma distinta según las circunstancias, por barreras psicológicas que tienen impuestas desde la infancia. Normalmente arranca casi todo de ahí, o eso dicen. Por vergüenza, situaciones que les resultan incómodas y demás pero si las conoces eso se va aligerando y sale el verdadero yo, el  importante, y a mi me gusta que sean buenos y nobles hasta lo que permitan las estadísticas. Parece que al ciento por ciento no llega nadie, hay lo que hay. Que rollo llevo…”

Tela de Araña (pag. 93). 

miércoles, 19 de mayo de 2010

Como un valioso lienzo.

No importa donde mire, siempre estás ahí, sonriendo. Te imagino con una mano en la barbilla aunque con tu dedo índice golpeas suavemente o acaricias tu labio inferior y otra en el teclado, sonriendo como solo tú sabes hacerlo, de esa manera tan particular que me enternece y me desarma por completo aunque tú no lo sabes, nunca lo has sabido y nunca lo sabrás.

No importa lo que toque, cualquier cosa es tacto duro comparado con tu piel, con tu pelo, con tus labios, con tus manos y tu...esto, bueno, vale ya...pero tú no lo sabes, nunca lo has sabido y nunca lo sabrás.

No importa a lo que huela, aunque me pierda en mil perfumes que llegan hasta mí a través de esta ventana, de mi piel bañada en gel suave, o de la comida que preparo mientras me río de que nunca cocinaste para mí, pero es lo mismo, tú no lo sabes, nunca lo has sabido y ya nunca lo sabrás.

No importa lo que escuche, tu voz fue brisa para mí, el murmullo de tus palabras, un puerto donde calmé la sed que me asfixiaba por dentro, donde la vida se transformó en tormento dulce, provocación sin burla y juego limpio pero exento de realidad. Es igual, tú nunca lo has sabido, no lo sabes y ya nunca lo sabrás.

Y no importa lo que coma, nada puede saber tan bien como tu cuerpo, sin ánimo de canibalismo alguno, es puro amor, puro deseo, pura química, pura energía, esa palabra que llegó hasta mí hoy y que me ha hecho pensar si no estaré animalizando mis instintos a modo de cachorra sutil que buscara cobijo siempre bajo tu manto, ese manto que me eleva el alma hasta lo más alto. ¿Cómo voy a renunciar a él ahora que te tengo?, aunque tú no lo sabes, aunque nunca lo sabrás.

Me asomaré cada día a tus ojos luminosos y transparentes para mirarme en el espejo y reflejo de tu alma noble, sincera y auténtica. Cada minuto siento que vas dejando en mí un reguero más claro de dulzura, de cariño y de amor, un amor extraño, eso sí, un amor de niña otra vez, de emoción, de esperar, de mirar con toda mi atención, de esperar la brisa que llegue de tu aroma nuevo, de esperar sentir lo que tu mano hoy me transmitirá, ese reflejo tuyo que llega hasta mí suavemente. El tiempo se paraliza cuando te miro, mi alma se expande cuando te escucho, mi corazón, suavemente late borracho de tu aroma y mi sonrisa aflora cada vez que tu mano se une a la mía para divagar por un pedacito de aire dibujando filigranas absurdas pero que me llenan de emociones profundas y tan lindas, que...¿cómo voy a decirte adiós, si no puedo, si no quiero, si no es justo?.

Siempre te diré “hola, amor”, aunque seas mi veneno, Julieta bebió del veneno para reunirse con su amado, nosotros no tenemos que traspasar la barrera de la vida, no somos “ni Romeo ni Julieta”, tan solo somos tú y yo, dos seres que se pierden en la inmensidad para encontrarse en un refugio alado. Porque me crecen las alas cuando estoy contigo, porque son ligeras y suaves, porque me elevan, porque me gustan, porque las necesito, aunque no lo sepa. Por todo eso y mucho más siempre te diré “hola, amor” y nunca “adiós” aunque tengas que irte. Te alejarás despacio entre la oscuridad que queda lejos y cerca, pero que tú iluminas con tu sonrisa. Te alejarás para soñar conmigo en silencio y en secreto, no importa, es el arbitraje que lo hace parecer así porque más de una noche, en el silencio se abren mis ojos y estás ahí, extiendo mi mano y puedo tocarte, noto mis alas y es porque estás pensando en mí. Entonces me acurruco en el vacío y noto tu calor perfectamente, me llamas en silencio, nadie sabe hacerlo, solo tú, nadie puede oírte, solo yo. Y ahí estaré siempre, amor, en un lugar de tu corazón, rodeada de un gigante verde con alas de algodón que se llama cariño.



Tela de Araña (pag.86)

El Regalo que muchacho guarda para chatina.

-->Yo tengo y ofrezco algo especial. Es simple, frágil y bello como si fuera un sueño. Tiene sus propias normas, son muy pocas y claras. No hay obligaciones ni limitaciones, sólo sensaciones. Tú no sabes, yo no conozco y eso no importa, es superficial. Yo no soy él y tú no eres ella, no existen, sólo dos almas unidas por un vínculo esencial. Deben ser ellas, claras y puras sin engaños ni traiciones. Yo tengo y ofrezco algo especial, dulce y profundo que emana del corazón. No hay implicaciones, ni intereses, sólo belleza y sinceridad. Es un juego peligroso, más que el amoroso. No hay rincones escondidos.  Transparencia emocional. Nadie juega a ello, porque les da miedo. No hay envidias ni resquemores, sólo paz y felicidad. Es un juego sin pasado, sólo hay presente y futuro. No altera su vida, familia y demás. Cada uno sigue su destino, en la distancia y el tiempo. No existe mano que la pueda contar, sólo es la más pura y sincera amistad. ¿Puedes conformarte solamente con eso? ¿Nunca querrás nada más? ¿Serás, no serás o seréis? ¿Te atreves a jugar?...

Tela de Araña (pag.51)

El Cuento que muchacho escribió para chatina y que ella jamás olvidará.

Soy el cuenta cuentos y hoy debe ser el día de los mismos, pero…¿que le vamos a hacer?, no me puedo resistir. Así que mis queridos oyentes les voy a contar la historia más increíble que hayan oído, o mejor dicho, leído, jamás de los jamases. El soñador de sueños: Érase una vez, un joven príncipe, alegre y dicharachero, a la vez tímido y soñador. En un tiempo muy lejano, andando por el jardín que había en la parte más remota del reino, se quedó soñando al lado de un estanque. El agua, con su mágico sonido, le transformó por una noche en una rana…¿o sería un rano?. El rano (que en ese estaque mágico había ranas y ranos) empezó a croar y croar. El príncipe creía hablar, pero sólo oía croar en su voz. De repente, alguien contestó a sus corares incesantes y ella apareció. Una majestuosa y bella rana saltarina. Él al verla, se prendó de su gracilidad, pero quedó en su corazón, por más que croara no terminaba de hacerse entender: Croac, croac..... croac, croac...y no, no le oía. Ella, saltarina, saltaba de hoja en hoja, de piedra en roca...croac...que impotencia tenía el rano-príncipe, y en ello despertó de aquel misterioso sueño. Él príncipe, como tal, al paso de los años, se casó con una princesa, aunque por las noches oía croar a la rana-saltarina. Sólo fue un sueño, recordaba, sólo suyo y de su estanque mágico. Así que todo quedó escondido en su principesco corazón. La rana encontró algún que otro rano y vivió feliz su vida, lejos del príncipe que también fue feliz. Ya al cabo de los años y siendo Rey, paseando por los jardines de palacio, oyó otra vez aquel croar lejano y pensó en crear un estanque más cercano a palacio. Así que fue a mirar como era aquel de antaño, para ver como estaba hecho y si estaría bien hacer su propio estanque. Abrió el frondoso follaje del bosque y asomó su coronada cabeza, miró y le gustó lo que vio. Dando un paseo, volvió a sentarse al lado y otra vez se quedó dormido, como antaño. En el sueño volvió a aparecer la preciosa rana-saltarina, y el despertó de alegría. Al hacerlo, se rompió el hechizo mágico y se dio cuenta, de eso, de que sólo había sido un sueño, su sueño...Desde entonces pasea cada tarde cerca del estanque mágico, vigilando que nadie pise sus recuerdos, más aun aprendió el rey a querer a muchos de aquellos ranos y ranas, dejó de ser tan engreído y volvió a recordar como era de feliz, cuando sólo era un príncipe, aprendió el lenguaje del estanque, conversó con todos sus habitantes y así llenó el huequecito de su corazón y con ello se dio cuenta de que como era mágico el estanque, no eran ranos y ranas sino príncipes y princesas, reyes y reinas sus habitantes y así se quedó para siempre, contento, feliz con todos...aunque siempre tiene una sonrisa especial, en la distancia para su rana-saltarina. La que nunca le vio, porque no hablaba entonces el idioma del estanque. Aunque, quizás todo fuera otro sueño y quizás se despertará mañana y habrá olvidado que él también fue rano. FIN.


(Tela de Araña, pag. 45)
Descubre más, vale la pena, no te dejará indiferente.

martes, 18 de mayo de 2010

Jaime, muchacho.


Jaime, muchacho en la red de redes, es un hombre maduro incapaz de pasar de largo ante el llanto de una damisela. No es que chatina fuera muy llorona pero muchacho goza o padece (según se mire) de un sexto sentido que le hace imantar con las Princesas encantadas de los Cuentos de Hadas que lloran en silencio por dentro, aunque rían por fuera y es que...la vida es una selva, donde la alegría espera y en el fondo en nuestros sueños es donde tejemos variadas y coloreadas primaveras...Eso y solo eso es muchacho, un sueño tierno que por más que alces tu mano, se pierde en la invisibilidad de la timidez y de la prudencia.

Conócelo, lee todo lo que expresó en su momento, porque...sí, sí, Jaime existe solo que...nadie sabe donde está, ni siquiera yo !

domingo, 16 de mayo de 2010

Marga, chatina.



Marga, chatina en la red, es una soñadora que intenta día tras día pisar fuerte sobre el suelo. Es confiada, es dulce, empalagosa, emocional...ese es su cáncer, piensa que todo el mundo es bueno mientras no se demuestre lo contrario.
No obstante, solo se dejó seducir por grandes hombres para los que ella hubiera podido llegar a ser el complemento perfecto de no ser porque el destino le tenía preparado algo muy distinto, ¿qué será? Tienes que leer Tela de Araña para saberlo, no te lo pienses dos veces, pide tu ejemplar.

sábado, 15 de mayo de 2010

Tela de Araña, el ebook del siglo XXI



Bienvenido al mundo de Marga, chatina en la red, en internet, en esta tela de araña sedosa cuando gusta, molesta cuando algo nos aturde o incomoda, ¿será la intuición? ¿Será que a pesar de no ser capaces de extender el completo abanico de sentidos...algo nos avisa, nos previene o nos imanta?.... Descúbrelo en este ebook que cuenta la vida de una mujer que sedujo a pintores, profesores,políticos, músicos y...que se quedó prendada de Jaime, muchacho en la red, un hombre honesto, claro, sincero, sin doble fondo, tal cual, allí, aquí...en cualquier lugar.

Te presentaré uno a uno a sus personajes.
Te hablaré de mi, que soy la autora y solo yo podía escribir Tela de Araña...¿Por qué?...
Atiende...Poco a poco te lo desgranaré y comprenderás...