sábado, 22 de mayo de 2010

El mismo Horizonte.

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No tengas miedo de jugar con los sentimientos, si son los míos, porque esto traspasa incluso los sentimientos. La afinidad no entiende de “sentires” Entiende, pero va aún más allá. Intenta comprender  y verás como llevo razón. Puede que nos quedemos con las ganas, tú  de ver mi carita,  yo, de que te abandones como a mí me gustaría.  Es un empate justo pero no medido, ni pensado y menos maquinado.  Igual que de ti no sale y yo no quiero forzar tu abandono para y por mí, a mí no me sale romper mi utopía, la de una vida bella distinta, mejor, algo  lejos de  la que soportamos día tras día. Un momento donde no existe el tiempo, ni la imagen, ni los sentimientos, dos almas libres y puras que se rozan y dialogan, conversan, hablan, interactúan. ¿Un juego, una experiencia, una intención, una maldad, una maquinación  o una belleza, un regalo, un don, un privilegio, feeling? Decídelo tú libremente, como yo elegí quererte: Te Quiero  y no me cansaría de repetirlo, una y mil veces, si hiciera falta, si con ello lograra hacerte entender, comprender, sentir y ayudarte a  alcanzar mi esencia como yo creo haber alcanzado la tuya, disfrazada de bohemio soñador, al que le cuesta dejarse llevar en parte, que no en todo. Me conformo, eso no cambia nada, te quiero  igual, pero nada de pinzas, nada de culpas, esencia pura, vívela.  Nada Más.  ¿Eres capaz?, ¿te atreves?.


Tela de Araña. (pag. 140)

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